¿Te da “cosa” delegar? Estoy segura de que te has sentido “incomoda” en el tema de delegar, y ¿a qué me refiero con delegar? me refiero a quien elegimos para llevar adelante alguna tarea por nosotras. Y aplica a todo: a tercerizar un trabajo, a encargar el cuidado de nuestros hijos, encomendar la limpieza de casa, a lo que necesites.
Te voy a contar cómo lograr delegar para que no sea un proceso incómodo y además te pueda ayudar a cambiar tu perspectiva. El punto es que muchas veces este proceso cuesta. Nos da “cosa”, callamos y ocultamos nuestra disconformidad como si fuera a desvanecerse; o tal vez, sentimos que podemos herir al otro por criticar lo que hace. Y ninguna de las 2 posturas nos sirve.
Como mamá, mujer y/o emprendedora descubrirás que una de las claves para sobrevivir es delegar, van algunas recomendaciones que pueden ayudarte a cambiar tu perspectiva:
Cambia la idea de crítica hacia la de ayuda. Piensa en que lo que señales puede ayudar a alguien a mejorar en algo. Ten presente que no se trata de calificar a una persona, sino sólo de analizar uno de sus trabajos.
Acepta desde el inicio que delegar es un proceso y, como tal, requerirá ajustes de ambas partes. Si pretendes desde el minuto cero que todo fluya, es posible que te frustres y te des por vencida.
Ahora, más importante que dar retroalimentación es dar una buena retroalimentación. De lo contrario, la frustración llamará a tu puerta vestida de pensamientos como “hubiera sido más rápido si lo hacía yo”, “no entendió lo que le pedí”, “siento que no se comprometió con el trabajo”.
Invierte tiempo y dedicación. No hacerlo en una primera instancia te llevará a dar una retroalimentación a cuentagotas. Esto sólo extenderá el proceso y generará una mala predisposición. Te vas a demorar más en obtener lo que necesitas y la otra persona sentirá que su trabajo y tiempo no son valorados. Esta es una mala combinación.
Debes ser clara. Intenta dar ejemplos concretos que permitan visualizar lo que planteas o lo que no te convence del trabajo. Es muy distinto decir: “los niños pueden ver hasta una hora de series por la mañana y la tablet sólo la usa Regina hasta una hora después de hacer la tarea”, que decir “no quiero que los niños miren mucho la televisión; Regina puede usar la tablet un rato por la tarde”.
Permite accionar. Plantea ajustes y correcciones desde lo funcional en lugar desde el no me gusta. Podemos decir que quisieras probar una combinación de blanco y beige a cambio del rosa pastel y blanco, en lugar de decir “no me siento cómoda con esos colores” que no dice mucho en sí.
Ahora bien, cuando nos toque a nosotras recibirlo (sí, en algún momento también estaremos de ese lado), te sugiero volver sobre esto, porque muchas veces lo vivimos como una crítica personal y nos cuesta despegarnos de eso para poder ajustar un trabajo y tan sólo seguir adelante.
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